Capítulo 4

Aquí va el capítulo 4:

Capítulo 4


Se oían voces en la lejanía, como ecos y susurros...
-¿Está bien?
-Parece que se desmayó en el pasillo, mientras hablaba con Alexia.
-Si, estaba hablando conmigo, y justo después de decir una cosa, se apoyó en la pared, susurró una frase, y cayó sudando al suelo, inconsciente.
Larry abrió los ojos, y vio un techo blanco, de metal probablemente.
-¡Mirad! ¡Ha abierto los ojos! ¡Doctora Harkness!
-...¿Rika?
Enfocó bien la vista, y vio a Rika y Alexia mirándole, apoyadas en lo que parecía los laterales de una camilla. De pronto, se acercó una mujer ya mayor, vestida con una bata, que observó unas pantallas que habían al lado de la cama y dijo:
-Constantes vitales correctas. Ha despertado.
Larry la miró y preguntó:
-¿Quién es usted?
-La doctora Harkness-dijo ella- Ha sufrido un ata...
Larry se levantó de un salto de la camilla, mientras le observaban con cara de asombro y dijo:
-He sufrido un ataque de intuición, créame, no es peligroso.
Alexia se le plantó delante, le agarró de un brazo y lo tiró a la camilla. Larry la miró asombrado y le dijo:
-¿Qué haces?
-Debes descansar, acabas de levantarte. Has estado...
-5 minutos dormido, lo sé. Y son justos. Cinco, nada más. Y de todos modos, ¿esta es la manera en la que tratas a tu nuevo Capitán?
Alexia se encogió y miró hacia otro lado. Había dado en el clavo. Larry volvió a levantarse, y ahora nadie se lo impidió. De pronto, llegó el joven que no le había dicho su nombre a Larry y preguntó:
-¿Qué ha pasado? Ah, eres tú.
Larry le miró, se giró y le preguntó a Rika:
-¿Como se llama este?
-Kapón Neutrón.
-¿Kapón Neutrón? ¿Qué clase de nombre es ese?
Kapón le miró, y le dijo:
-Un nombre inventado. Aunque me cueste reconocerlo, no se me ocurría nada más.
Larry le miró con una cara de sorpresa y le dijo:
-¿Un nombre inventado? ¿Para qué?
Kapón le miró y sonrió:
-Aquel que pronuncie mi verdadero nombre, morirá. Tal vez debiera decírtelo...
Rika se le plantó delante, le clavó sus ojos y le dijo:
-No le dirás tu verdadero nombre. Nunca.
Él tragó saliva, y agachó la cabeza:
-Sí, jefa.
De pronto, el interior de Larry se agitó y él se apoyó en una de las máquinas que había al lado de la camilla. Empezó a jadear. La doctora le miro y le dijo:
-No debías haberte levantado. Túmbate. Te haré unas pruebas y veré si todo está bien en tu interior.
Mientras, cerraba los ojos, Larry susurró:
-No hace falta... Sé que es lo que me pasa.

Posted by Rodolfo | en 13:14

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