Capítulo 29

Capítulo 29

Alexia se despertó en la enfermería, y le pareció tener un deja vu al levantarse, pero se incorporó rápidamente, y la doctora Harkness apareció muy enfadada por la puerta, agarró unas correas, y la ató a la camilla. Alexia intentó protestar, pero la mirada de la doctora no admitía protestas. Se calló, y esperó a que ella hablase primero:
-De aquí no te mueves. Ya escapaste una vez, y ahora estás peor. Así que nada, ni moverse. Volveré en una hora para darte la comida, nada de esfuerzos para soltarse ni nada por el estilo. ¿Entendido?
Ella asintió, y cuando estaba saliendo, Harkness dijo:
-No creo que a Larry le gustara verte dañada al despertar...
-¡¿Qué quiere decir con eso?!
Pero la doctora se había marchado ya, así que se relajó y empezó a pensar... Sentía como si hubiera olvidado algo importante, pero pasó de ello al recordar el puzzle de las Ruinas, y el misterioso agente que le había dicho que aprendió de Larry. Ese misterioso puzzle que sentía que debía resolver... Pero estaba atada, y eso no ayudaba para nada. De pronto, se escuchó un chasquido, y las ataduras se soltaron, la puerta de la enfermería se abrió, y al fondo del pasillo, un ascensor llegó al piso, abriendo sus puertas. Ella se levantó, como en trance, y se dirigió cojeando hacia el ascensor. Nada más entrar, la planta -2 apareció en el reluciente cartel, y el ascensor empezó a ascender a gran velocidad...

Mientras, Silver, Rika y Kapón habían llegado a una brillante ciudad, con elevados edificios blancos con cúpulas amarillas, como una ciudad de cuento de hadas. Cuando llegaron al inmenso portón,
un humanoide, parecido al Sabio, pero más grisáceo que negro, con dos alas dobles en su espalda, descendió del cielo. Llevaba una
túnica dorada con líneas blancas, y una diadema de lo que parecía metal, con una piedra roja engarzada, parecida a un rubí. Se quedó en frente del grupo, y una voz resonó en sus mentes:
-Soy Gyltharien, monarca de los Yaata. Sabemos a porqué habéis venido, y hemos mandado a través de un agujero compatible, la cura para vuestro camarada.
Rika, extrañada, preguntó:
-¿Como sabíais lo que veníamos... Majestad?
-Oh, sencillo. Tenías eso resonando en tu mente, pudimos captarlo hace como una media hora desde aquí.
Él soltó algo parecido a una carcajada, y les invitó con el brazo a pasar.
-Sois bienvenidos. Como sabéis, aquí se usa la telepatía. No contacteis con nadie con la mente, sino os pregunta él primero. A pesar de ser invitados, sois extranjeros. Y de Blacksteel. Lo de vuestro amigo, os pasa por jugar con nuestra tecnología...
-Pero...
-No, la robasteis. Pero olvidemos eso, caminad conmigo hasta el Palacio Real...
Caminaron por sus calles, aunque Gyltharien iba flotando con sus alas. Las calles eran preciosas, llenas de algo verde que parecían plantas, y las casas eran del mismo estilo que los grandes edificios. Los Yaata que deambulaban por la calle iban desde grises a blancos, solo alguno un poco más negro a cada rato. Eran humanoides, pero su cabeza era un poco más grande, y parecían medir algunos centímetros más que la estatura humana media. Vestían túnicas de diversos colores, y algunos llevaban colgantes, relacionados con los cuatro elementos, al parecer. Rika pensó en preguntar sobre eso, pero le pareció poco importante al pensar en que serían meras decoraciones.
-Ya estamos cerca...
Entonces, en el fondo de la calle, vieron un inmenso palacio gigante, con cúpulas doradas que brillaban al sol, y banderas rojas que ondeaban al viento. Había un gran árbol en su terraza, que parecía elevarse más allá de las nubes sin fín. El grupo se quedó asombrado, Gyltharien les sonrió y dijo:
-Vamos, los Consejeros y los Sabios esperan dentro, quieren que nos contéis y preguntéis lo que querais...

Posted by Rodolfo | en 10:20 | 3 comentarios

Capítulo 28

Me costó más de lo que pensaba e_e

Capítulo 28

Estaban totalmente rodeados por los Guardianes, que, fieles a su nombre, los cercaban y gruñían, enseñando unos feroces colmillos que parecían capaces de despedazarles en pocos minutos. El grupo sacó las armas y les apuntó, Silver desenfundó un brillante estoque como los que se usaban en las competiciones de Sword Dance y retó a los Guardianes. Kapón le gritó:
-¡No es momento para estupideces, capullo!
-Como no te calles, ¡te abro en canal!
Entonces, los Guardianes se quedaron totalmente quietos, y se quedaron de piernas abiertas, formando un círculo.
-¿Qué demonios están haciendo?-preguntó Rika
-No tengo ni idea, ¡pero aprovechemos ahora para atacar!
Kapón y los demás empezaron a dispararles, pero las balas rebotaban en su durísima piel, y la pústula de su espalda empezó a brillar y brillar.
-¡No deja de brillar! ¡Y nuestras balas ni les dañan!-gritó Rika.
Entonces, Silver atravesó limpiamente a uno con su estoque, que con un brillo azul, perforó su coraza como si fuera mantequilla, matándolo al instante. Y entonces, mientras el equipo miraba a Silver como si fuera una aparición, el resto de los perros abrieron los ojos, ardiendo como un volcán en su interior, y se lanzaron al ataque. Varios se lanzaron a por Neo, que empezó a hacer acrobacias para evitarlos. Kapón soltó sus pistolas, y empezó a imitar a Neo. Y Rika, cuando los perros saltaban, se agachaba, los agarraba de las patas y los lanzaba, con algún tipo de arte marcial desconocido. Después de que varios cayeran bajo el estoque de Silver, la pústula dejó de aumentar su brillo, y volvieron a quedarse quietos. El suelo bajo sus patas empezó a arder, y ellos mismos empezaron a irradiar fuego. Y se oyó como un lanzamiento de cañón, y como bolas de fuego, salieron disparados hacia el equipo.
Esquivaron todos menos uno, que alcanzó a Neo en la pierna, dejándosela chamuscada. Al detenerse, los perros explotaron en una lluvia de chispas. Neo cayó al suelo, mientras gemía, intentando soportar el dolor. Alice se agachó junto a él, quierendo ayudar pero sin saber como.
-¡Neo, Neo! No llevamos botiquín, apóyate en mí e iremos hasta la ciudad...
-N-no, no puedo, duele demasiado...
De los surcos ardientes que habían dejado los perros, sus cenizas se alzaron, y en un remolino de llamas negras, apareció un encorvado viejo, que apoyado en un bastón, les observaba con curiosidad. Su piel era casi negra, con un tono grisáceo que no se
sabía si era suciedad o el tono normal de la piel.
-Creo que usaré mi voz, y no la telepatía para corresponder a tan ilustres invitados-dijo con voz potente.
-¿Eres un Yaata?-preguntó Kapón con curiosidad.
-En efecto, lo soy. Me llaman el Sabio de las Sombras, antiguo líder del Culto de las Sombras, acompañadme a mi morada, tal vez pueda ayudar a vuestro amigo.
Todos se acercaron a él, pero él rechazó a Silver y Kapón.
-Vosotros no. Id a la capital a entrevistaros con Klaus, él podrá ayudaros en la búsqueda de la cura de la enfermedad de vuestro amigo.
-Os acompaño, Larry también es cosa mía-dijo Rika.
-Bueh, yo ni lo conozco.-dijo entre risas Silver.
Y el viejo, con la mano apoyada en Neo, tocó con el bastón a Alice, se desintegraron y una nube de polvo se fue volando hacia el horizonte.
-Bueno, pues vamos. Ya no queda nada. Corramos hasta allá.
-Vale.-dijeron Kapón y Silver al unísono.
Y echaron a correr por las cuidadas llanuras verdes infinitas, mientras los surcos dejados por los perros, eran cubiertos por un manto de fresca hierba.

Posted by Rodolfo | en 1:08 | 0 comentarios