Capítulo 21
Al fin encuentro tiempo para escribir esto. Estar escribiendo dos novelas al mismo tiempo, cuando crees que una es mejor que la otra, te quita las ganas de escribir la otra xDD Bueno, sin más dilación, os presento el Capítulo 21 de Blacksteel.
Capítulo 21
Larry se situó en frente de la pantalla, donde su interlocutor estaba esperando.
-Soy Larry Corner. Ya estoy aquí.
Se escuchó una carcajada. Y luego, él respondió:
-Bien, bien. Al fin te encuentro, después de años de búsqueda... Por una casualidad, te encontré. Y quiero conocerte en persona. Ven a los Pirineos, a la nave central de los Basureros, para hablar un poco... O sino, los agentes que tengo en mi poder, morirán.
-¿Los matarás?
-El azar los matará.
Y soltó una carcajada.
-¿A qué te refieres con azar?
-A la fuerza de la casualidad, de la probabilidad, como quieras llamarlo. La cuestión es que debes venir, y tal vez descubras algo más sobre tu pasado.
La comunicación se cortó de pronto. Larry agachó la cabeza y pensó:
-¿Mi pasado? Vaya... parece una de estas historias baratas que se llevaban tanto en el siglo XXI. Creo que no hay más remedio que ir.
Los tres líderes se acercaron y le dijeron:
-Hay un transporte esperándote. Está todo listo. Con el estabilizador no tendrás problemas por tu estado. Llevarás varias armas ocultas, por tu propia seguridad.
-Por supuesto.
-Sube a la superficie, hay una nave esperando. Suerte, Larry.
-Hasta luego.
Y se metió en el ascensor, con miedo, una sensación que hacía mucho que le había abandonado.
En Wormhole, Neo ya había desaparecido atravesando la esfera. Entonces, Kapón tragó saliva, y saltó a través de la brillante máquina. Entonces, se encontró en un túnel de colores mareantes, de cambios rápidos, y cerrando un poco los ojos, empezó a dirigirse
recto. No veía a Neo, y no tenía detrás a nadie. Así que rápidamente llegó al otro extremo y atravesó lo que parecía el final.
Apareció en medio de una sala parecida a la del Wormhole terrestre, y se sintió muy débil. Resbaló y fue sujetado por los brazos de Neo, que había llegado ya allí.
-Bien. Bien. Espera. ¿Qué te ha pasado?-preguntó Neo.
-No lo sé. ¿Dónde estabais? No ibais ni delante ni detrás mío.
-A eso me refiero. No te hemos visto en el trayecto.
-Ni idea. Yo solo he tirado recto.
-Bueno, no pasa nada. Reajustad las coordenadas a las que he os hemos transmitido desde la central, Silver.
Kapón vio a quién había hablado Neo. Era un joven de pelo plateado, con una mirada cansada, vestido con el uniforme del Blacksteel marciano, que consistía en una chaqueta negra, con pantalones negros.
-Bien. Id maquinando, chicos.
Y los dos trabajadores que estaban en los ordenadores empezaron a teclear a una velocidad asombrosa. Silver dijo:
-¿Dónde os ha tocado ir?
-A hablar con los Yaata.
Los ojos de Silver brillaron y entonces, dijo:
-Yaata. Bien. Chicos, nos vamos con ellos.
Los de los ordenadores levantaron la cabeza sorprendidos, sin dejar de teclear.
-Tenemos algo que hacer con los Yaata, ¿no lo recordáis?
-Ah, claro. Sí, eso. Ahora nos prepararemos.
Kapón observó a Silver, que ahora parecía estar mucho más contento de lo que parecía antes, pero no parecía una felicidad normal, sino una alegría perversa.