Doble Entrada: Taberna Cuervo Negro, y cap de Blacksteel (Mirar entrada de abajo)

Como extra hoy, subo el primer cap de la Taberna del Cuervo Negro. Es bastante largo, ocupaba 4 páginas enteras, así que consideradlo un especial.




Libro primero: La Taberna del Cuervo Negro
Capítulo 1
La Taberna del Cuervo Negro, famosa en todos los rincones de la Galaxia, se encontraba asentada en el planeta Gifris, situado en el Sistema Solar N-48, territorio del Imperio Nukwon. Un planeta desértico, con varios núcleos de población en sus dos polos, no muy apto para la vida de organismos que requiriesen agua, dado que no existía en forma natural en su superficie. Una curiosa taberna, situada en lo más recóndito del desierto de Gifris, pero bastante frecuentada. En ella, se juntaba la peor escoria de todos los Imperios, para beber, jugar a las cartas, o al Byuuk, juego de azar al que se jugaba con fichas, en el cual se apostaba cantidades no muy altas de dinero, pero el suficiente como para que el juego fuese excitante. Y justo en eso, estaba pensando Joseph Obutto, dueño de la taberna.
-Hoy está siendo un buen día-pensó Joseph.
Y tenía razón. A pesar del traslado de la Taberna, ese día estaba teniendo mucha clientela. Ragnors de Ragnopia, varios humanos del 4º Imperio Humano, unos cuantos Elfos vagabundos... Hasta había un par de Arlequines jugando al Byuuk en una esquina. De pronto, la puerta de la taberna se abrió, y entró un hombre con uniforme de soldado de Nukwon. Detrás de él, entraron dos soldados más, tratando aparentar que eran tipos duros con los rifles en mano. El capitán del grupo se acercó a la barra y preguntó:
-¿Usted es el dueño de la Taberna?
-Sí, lo soy. ¿Por? -respondió él, exhalando el humo violeta de su cigarro de viladrú.
-Dígame su nombre, por favor.
-¿Y si no quiero?-respondió con hosquedad.
-Su taberna será embargada igualmente. Tiene multitud de avisos de embargo por parte del Imperio Nukwon. Y por lo que tenemos entendido, también del Imperio Humano y de la Coalición de Reinos Independientes de Calenda Sur.
Joseph exhaló el humo violeta en la cara del capitán y le dijo:
-¿De qué se me acusa, agente?
-Violación del tratado de bebidas embriagadoras, en su local se venden drogas letales, y no tan letales, viladrú en sus diversos tipos sin tener licencia, se han cometido asesinatos, peleas, robos, se han escondido criminales, ha entrado en otros planetas sin avisar a las autoridades, uso de tecnología
de camuflaje prohibida para evitar que su taberna fuese detectada... ¿Sigo?
-Creo que no hace falta, agente. Perdone un momento, iré a por los papeles.
Joseph se fue hacia el almacén sin esperar la reacción de los soldados. Minutos después, volvió y encontró a los tres soldados muertos en el suelo.
-Vaya... ¿qué ha podido pasar?-preguntó con una sonrisa.
Uno de los Arlequines soltó una carcajada, y algunos elfos sonrieron. Joseph cogió los cuerpos y su sonrisa se desvaneció al darse cuenta de que llevaban un marcador vital en el uniforme.
-Chicos... Tenemos 30 minutos para abandonar la taberna. Tomaos vuestro tiempo.
Mientras los clientes empezaban a recoger sus cosas, Joseph fue cobrando uno a uno todos los créditos que le debían. Cada uno de los clientes puso su huella en la Credit-O-Mátic, y fue cobrado al instante. Entonces, entró alguien a la taberna. Un joven de pelo castaño, humano en apariencia, que se acercó a la barra, y preguntó con tono cansado:
-Estoy buscando a un Arlequín.
Entonces, los Arlequines que estaban en la taberna rápidamente se esfumaron. Joseph rió y preguntó:
-Si era por deudas, que no creo, acaban de irse.
El joven soltó un suspiro y dijo:
-Ponme algo suave. Tengo que relajarme un poco, llevo buscando Arlequines desde hace varios días...
Mientras le servía, Joseph preguntó:
-¿Y para que les necesitas?
-Estoy intentando recopilar información sobre su raza. Ya sabes, para la Enciclopedia.
Joseph puso cara de escéptico y dijo:
-No la acabareis jamás.
El joven sonrió y dijo:
-Un escéptico más... Mi generación no la acabará, pero la siguiente probablemente sí, y sino, a la otra.
-Recolectar información sobre todo lo existente en la Galaxia os va a costar más que una generación...
-Tú ponme algo para beber, que tengo la boca seca.
Joseph le sirvió un vaso con un líquido incoloro que el joven no supo identificar y preguntó:
-¿Qué es esto?
-Algo suave. ¿Cómo te llamas?
El joven se lo bebió de un trago, empezó a notar un calorcillo que le recorría todo el cuerpo, y contestó:
-James Rocci, investigador a cargo de la Fundación de la Enciclopedia Galáctica. ¿Y tú eres?
-Acostumbro a no dar mi nombre al primero que pasa por mi taberna.
-Entonces...
-Tabernero. Llámame Tabernero.
-Bien, Tabernero. ¿Cuánto te debo?
-200 créditos, y date prisa, que tengo que trasladar la Taberna. La han vuelto a encontrar.
-Espera... ¿Cuánto me queda?
-Diez minutos...
De pronto, un pitido sonó por la trastienda. Joseph se acercó a mirar y dijo, sorprendido:
-Ya no te queda tiempo. Despegamos.
Y apretó varios de los botones del cuadro de mandos. En el exterior, las enterradas alas de la Taberna se alzaron, y los motores empezaron a calentarse. James dijo, asustado:
-¿Qué haces? ¡Déjame bajar!
-Lo siento, pero no puedo. Los cabrones de Nukwon han mejorado sus motores. ¡Despegue!
La Taberna extendió sus negras alas, y los motores se encendieron violentamente. Joseph dijo:
-Agárrate, no va a ser un vuelo agradable. Ya están aquí.
La arena del desierto formó un torbellino alrededor de la Taberna, mientras las naves anti-gravitatorias de Nukwon les cercaban. En el monitor central de la Taberna, apareció la cara de Jenna Solston, comandante del Imperio Nukwon.
-Volvemos a vernos... Jenna-dijo Joseph.
-Y esta vez estás acorralado completamente. Nunca imaginé que te encontraría en tan poco tiempo. Has venido a mí, y esa será tu perdición. Pero no voy a matarte.
Joseph soltó una carcajada y dijo:
-Claro que no me matarás, te valgo más vivo que muerto. Me entregarás al Imperio Nukwon, serás recompensada y te convertirás en una famosa soldado en toda la Galaxia. Aunque...
La sonrisa de Jenna tambaleó, y dijo:
-¿Aunque qué?
-Aunque realmente no vayas a cogerme. Vamos, James-y salió del monitor.
-¿Eh?-dijo Jenna.



De pronto, de uno de los lados de la Taberna salió disparada una cápsula de emergencia. Esquivó fácilmente las naves de Nukwon y siguió su camino sin detenerse. Jenna se levantó de su sillón de mando y gritó:
-¡No la dejéis salir del planeta! ¡Capturarla!
Las naves de Nukwon se activaron rápidamente y se lanzaron en busca de la cápsula. Jenna activó el canal que la comunicaba con la ciudad más grande de Gifris y dijo:
-¡Que salgan los Interceptores! ¡Hay que parar una cápsula de emergencia que está intentando salir del planeta!
Del hangar salieron varias naves listas para interceptar cualquier objeto. De potentes motores y bonito diseño, los pilotos que las manejaban eran expertos en el uso de ese tipo de astronave. Rápidamente salieron al encuentro de la cápsula, y con una combinación de rayos tractores, consiguieron detenerla. La nave de la comandante Jenna se acercó, y atrajo la cápsula hacia su interior.
-Comandante Jenna, hemos capturado la cápsula.
-Oh, sí...
Entonces, llegó hasta la cápsula y la abrió. En su interior no había nada.

Posted by Rodolfo | en 3:53

2 comentarios:

mnx dijo...

No sé por qué, suponía que la cápsula estaría vacía... Quizá empiezo a pensar como tú... Qué miedito! :S

Me gusta =P

Rodolfo dijo...

Jajajaj, thanks. Lo de la cápsula era predecible xD

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