El primer capítulo de mi historia

Capítulo 1

Era un día claro en Ibérica Este, y Larry Corner, agente de Blacksteel, estaba paseando por la calle en su día libre. El sol brillaba, y la gente sonreía, pero él no parecía demasiado contento. Del escaparate de la tienda de holovisores se oyó la voz del presentador del telediario hablando:
-¡Buenas e imperiales mañanas! ¡Aquí Ronald Flint desde los estudios de Ibérica Oeste! Va a ser un soleado día en toda la Ibérica, pero prepárense, porque esto es importante...
-Cierra la bocaza, presentador-murmuró Larry mientras andaba.
-¡Hay huelga de basureros en todo el mundo! Es una noticia de última hora. Debido a la confrontación entre el Imperio y el SIB, el Sindicato Interplanetario de Basureros, los basureros se han declarado en huelga total hasta que sus sueldos se incrementen a diez mil créditos el mes. Exacto, lo han oído bien. Es más o menos, la mitad de lo que cobro yo, no se si está bien decirlo, pero es una suma exorbitante y dudamos que el Imperio acepte eso.
-Signos de revolución, mal asunto para Blacksteel-dijo Larry para sus adentros-Habrán demasiadas interferencias.
-Por lo demás, señores, todo va perfectamente en el Imperio. No han habido crímenes ni nada parecido. Se despide Ronald Flint. ¡Buenas e imperiales mañanas!
-Todo va demasiado bien. Demasiado bien para ser real.
Larry se giró para ver quién había pronunciado esas palabras, y se extrañó al ver a un pequeño niño moreno de ojos violeta mirándole.
-¿Qué dices, pequeño?
-Solo digo lo que piensas, Larry Corner.
-¿Qué?-preguntó él-¿Cómo sabes lo que...?
-¿Lo que piensas? No es difícil.
Los ojos violeta del niño brillaron. Sonrió y se apoyó en la pared de la tienda.
-No se preocupe, Larry. Pronto les salvaremos.
-¿Salvar? ¿A quién?
-Todo llegará, usted solo espere.
-Estas loco, niño.
Justo después de decir eso, Larry se giró y continuó andando.
-Solo sé que yo no maté a mi hermano-susurró el niño.
Larry se quedó petrificado y se giró despacio. El niño se había esfumado en el aire.
-¿Quién demonio era ese crío?
El comunicador de Larry comenzó a sonar, y él lo cogió.
-¿Larry?
-¿Joseph?
-Sí, soy yo. Te llamo desde la central. Te necesitamos para que revises algo.
-Y un cojón. Hoy es mi día libre.
-Es una orden directa de los jefazos. Por lo que parece... es algo relacionado con el Imperio.
-¿Algo que lo jode?
-Sí.
-¿Y debemos arreglarlo?
-No, parece que solo tenemos unos datos que revisar, ¡vuelve!
-Me has convencido. Enseguida voy para allá.
Larry guardó su comunicador y activó el propulsor que llevaba en la espalda, saliendo disparado hacia arriba.
-Con el bonito día que hace para volar... y yo aquí teniendo que ir a trabajar... Menuda mierda.
Ejecutó dos acrobacias en el aire, y activó la máxima propulsión. Los chorros de aire salieron disparados, llevándole a alcanzar los cien kilómetros hora. Una voz sonó del interior de su reloj:
-Tiempo estimado: tres minutos.
-Entonces me he alejado menos de lo que pensaba. Vaya, hasta parece que he subido poca altura.
Por encima de él pasaron cinco hombres con capas negras a toda velocidad. Parecía que llevaban algún tipo de casco para evitar que la velocidad los dejara fritos.
-¿Qué coño? ¡Irían lo menos a trescientos por hora! ¿Qué propulsores venden ahora? ¡Joder!
-Debería descender, señor-dijo su reloj.
-Lo sé, cierra el pico.
-No tengo pico, señor.
-Apágate.
-Sí, señor.
Se escuchó un leve chasquido para confirmar que el sistema operativo del reloj se había apagado por fin. Larry redujo la potencia del propulsor y comenzó a descender para llegar a una especie de terraza en una alta torre. Entró por la puerta y se encontró en una habitación sobria, con sus paredes recubiertas de acero. Al fondo, se podía observar un ascensor. Larry entró en el ascensor y se encontró a una pareja besándose apasionadamente.
-Ejem, ejem.
La pareja se separó y le miró:
-¿Tiene algún problema?
-¿Van a bajarse?
-No. Es un buen sitio, de todos modos, ¿a usted que le importa?
-Un nuevo Imperio, y la gente sigue igual de maleducada...
-¿Pero qué me está contando?
-Salga del ascensor.
La chica miró al joven, que parecía que iba a intentar hacerse el chulo.
-¿Y sino lo hacemos?
-Jose, sería mejor que saliéramos.
-Haz caso a Julieta, Romeo, y haz funcionar tus lindas piernas.
-¿Me estás vacilando?
Larry sacó una pistola negra y le apuntó a la cabeza.
-Esta maravilla puede perforarte treinta y tres veces el cráneo en un segundo. Creo que deberías salir del ascensor.
El joven empezó a sudar y dijo:
-¡Vale, vale! ¡Pero no dispares!
Sin dejar de apuntarle, Larry esbozó la mejor de sus sonrisas y se despidió con la mano. Cuando la pareja salió y la puerta se cerró, se apoyó en una barra de apoyo y la movió ligeramente a la izquierda, tras lo cual la levantó. El panel donde estaban los botones para elegir el piso se abrió, dejando ver un panel con nueve números.
-Je, como siempre.
Tecleó "1123581321" y el ascensor empezó a bajar rápidamente. Larry cerró el panel y dijo:
-De vuelta al trabajo.

PD: Disculpad si os molestan los tacos, pero quería reflejar la mala lengua que suelen tener algunos adultos.

Posted by Rodolfo | en 8:44

1 comentarios:

Áurea dijo...

Hola, soy Áurea. Conocí la web por el foro de la llave del tiempo y me encanta esta historia. No formo parte del foro pero me le he leído entero ¿ERES bram o le conoces?, bueno en cualquier caso quiero que sepas que seguiré leyendo la historia. Por cierto, ¿Te inspiraste en la llave del tiempo para hacerlo?. no se si me podrás contestar porque no conozco muy bien esto de los foros, pero bueno, segiré atenta al blog. Áurea

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