Escribiendo en las sombras

Extrañado, coloco el capítulo 25, dándome cuenta de que hace muy poco que subí el anterior. Espero, que alguien lo haya leído ;D

Capítulo 25

Alexia seguía al Basurero por los oscuros túneles que pasaban por debajo de la casa, de la tierra, que pasaban por debajo de los Pirineos, girando y retorciéndose por las entrañas de la Tierra, hasta que el Basurero se detuvo delante de una puerta y dijo:
-Aquí es.
Alexia le pegó un tiro, y lo dejó seco. Pegó el oído a la puerta, y comenzó a escuchar.

Larry llevaba más de la mitad de cápsulas completadas, y desde el primero no había matado a nadie. La sombra entonces, se acercó y se dejó ver. Era un hombre con el pelo blanco, piel blanca, y unos ojos violetas que destacaban en su cara. Entonces, dijo:
-Ya puede dejarlo, Gran Señor. He comprobado su identidad correctamente.
Larry se quedó clavado en el suelo, y entonces, preguntó:
-¿Cómo que Gran Señor? Yo no...
Entonces, algo despertó en su interior, sintió como algo, escondido durante años, tomaba el control y perdió la conciencia.

Alexia se quedó clavada, escuchando por el resquicio de la puerta.
-¿Gran Señor? ¿Qué demonios...?
Entonces, escuchó la voz de Larry decir:
-¿Cómo llevamos el plan, Borgën?
-Bien, señor. Localizamos otro de los hijos del Pacto. Está en Asia, viviendo bajo otra identidad, es uno de los mayores, un empresario famoso, Johann Valley. Tiene un negocio de transportes espaciales.
-Bien, bien... Hacedle una visita cuando podáis.
-Señor... ¿Está todo listo ya?
-No... A pesar de todo el tiempo que llevo, es difícil conseguirlo. Pero voy mejorando. Todo es cuestión de tiempo. Además... Hay gente que actúa como interferencia.
-¿Quiere que las eliminemos?
-No, no sería productivo. Bueno, entonces, ¿todos los detalles claros, Borgën?
-Sí, mi señor. Todo se realizará según sus planes. La Revolución Basurera se detendrá mañana.
-De acuerdo, empieza a pararla ahora, si no, no llegará a tiempo. Aprovecha, e intenta influir en que el Imperio contrate a Johann para el transporte de las basuras. Así lo tendrás cerca, y no necesitarás a los asiáticos. Tenemos que tener cada detalle controlado. Si lo conseguimos, todo, absolutamente todo, será absolutamente genial. Porque todo llegará, por todas partes, el caos. La Sombra Eterna se alzará sobre este planeta, y lo cubrirá. Al igual que haremos con todo el Imperio Galáctico, que caerá, y reinaremos, reinaremos sobre la oscuridad, la destrucción. El final de todo. Llegará, con nuestros impredecibles guerreros. Lucharemos. Y venceremos.

Alexia escuchó como Larry empezaba a reír como si estuviera totalmente loco, y unas lágrimas le cayeron. Era un traidor. Un traidor al Imperio. Un traidor a todo lo que conocía. Y lo amaba. Desde los tiempos del Comando Delta, cuando acababan juntos con los terroristas, con los revolucionarios, con todos. Lo amaba, profundamente. Pero era su capitán. Y si Larry ahora, era del bando de los malos, por mucho que le doliese, debía acabar con él. Preparó su pistola, y entró como un vendaval a la habitación. Pero solo encontró a Larry tendido en el suelo, inconsciente, y en el monitor del fondo, grandes letras rojas que rezaban "Autodestrucción en 20 minutos."
-¿Qué...?
-¿Alexia? Alexia... ¿Eres tú?
Larry se estaba levantando, y ahora no tenía pruebas de nada, así que no podía acusarlo de nada. Y tenían que salir rápido de ahí, aunque realmente tuvieran tiempo de sobra para salir.
-¿Larry, estás...?
-Me quedé inconsciente. ¿Puedes ayudarme, por favor?
-Sí, claro...
Lo ayudó a levantarse, y salieron del edificio, cogieron la nave, y se dirigieron a Blacksteel.